Siempre se dijo que el mejor pulpo se come en el interior de Galicia y no en la zona costera, pero ¿a qué se debe esta popularidad? Para conocer la razón de la fama que tiene O Carballiño con el pulpo debemos remontarnos algunos siglos atrás. Concretamente al siglo XII, a un monasterio fundado en el año 1137 por unos monjes benedictinos, el monasterio de Santa María de Oseira, en la provincia de Ourense. En el año 1140 el monasterio pasa a ser cisterciense y a conocerse con el nombre de “El Escorial Gallego”.
Figura esencial en esta historia fue el noble Don Diego Arias. Un capitán de tropas al servicio de Doña Urraca. Una vez retirado, en agradecimiento a sus servicios, recibe de la Corona el coto de Marín. En el año 1150 apenado por la muerte de su esposa y buscando el retiro espiritual se ordena monje en el monasterio de Oseira, renunciando así a todos sus bienes. Diego Arias termina arrepintiéndose de adentrarse en esa vida espirituosa y reclama la donación que había hecho al monasterio. Pero el rey Alfonso VII certifica la pertenencia de la parroquia de Marín al citado monasterio.
Gracias a los diezmos eclesiásticos (contribución que pagaban los fieles a la iglesia, consistente en la décima parte de sus frutos) que tenía que pagar la parroquia de Marín al monasterio de Oseira, llegaba el pescado a estas tierras. Para los monjes era de gran importancia el pescado por el hecho de no poder comer carne en época de Adviento y Cuaresma. En 1583 los precios del congrio, la merluza y el pulpo sufrieron una bajada de gran envergadura. Siendo estos los principales productos que llegaban al monasterio y sobre todo el pulpo gracias a sus posibilidades de conservación y puesto que no perdía sus propiedades ni en seco, semi-seco o curado. Era tal la cantidad, que los monjes repartían con los feligreses.
Cerca del monasterio, en Cea, mensualmente se celebraba una feria para comerciar y recaudar impuestos. Los monjes vieron que sería conveniente trasladar esta feria al lado del camino real de Partovia, por tener una mejor comunicación al ser una encrucijada de caminos y zona de paso asiduo. Así lo hicieron y esto contribuyó a la formación de la actual villa de O Carballiño. Los vecinos de Santa María de Arcos y San Juan de Arcos en O Carballiño supieron formarse con éxito en el oficio de pulpeiros y pulpeiras conocidos en sus inicios más bien como “tratantes de pescado”.
Dada la buena aceptación que tenían en esta feria, los pulpeiros y pulpeiras comenzaron a trasladarse a otros mercados cercanos con sus aparejos, consolidando así este oficio semi-ambulante. El oficio fue pasando de padres a hijos quedando siempre en la familia los secretos del buen profesional. “El saber hacer propio de una tradición”.
Referencias